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Todas las Perlas Auténticas se han engendrado por
moluscos perleros, seres vivos. Cada Perla es un verdadero
regalo de la Naturaleza.
Dentro de las Perlas Auténticas se distingue entre Perlas
Naturales y Perlas Cultivadas. La única diferencia entre
ellas es que las Perlas Naturales empiezan a producirse
por un accidente natural mientras que las Perlas
Cultivadas son iniciadas por la acción del hombre.
Además de la inicialización de la generación de la perla,
el hombre también interviene en el desarrollo de la misma,
acondicionando a las Ostras en granjas adecuadas en
temperatura, corrientes e higiene, para favorecer el
desarrollo de las perlas.
Las perlas cultivadas representan aproximadamente un 98%
de la cantidad comercializada.
Un joyero experimentado generalmente puede observar por el
agujero que atraviesa una perla y determinar su origen.
Sin embargo, la única manera segura de diferenciar entre
una Perla Natural y una Cultivada es a través de rayos X.
Por otro lado, las perlas de imitación son hechas por el
hombre a través de procesos industriales y mecánicos. Se
trata de piezas repetitivas e idénticas que carecen del
valor de una joya verdadera.
Las mejores perlas de imitación son hechas de cuentas de
vidrio, cerámica, concha o plástico cubiertas con un
barniz generalmente hecho de laca y escamas de pescado
trituradas para simular la iridiscencia y el color de la
perla.
Las perlas de imitación se conocen por muchos nombres.
Algunos de estos nombres, desgraciadamente, se utilizan
para engañar al consumidor. Las palabras "de moda", "de
estilo", "falsas" (faux), "simuladas", "orgánicas",
"hechas por el hombre" , "Mallorca", u otros nombres
regionales, son todos términos que se aplican actualmente
a las perlas fabricadas de imitación.
La mayoría de los expertos en perlas pueden apreciar la
diferencia entre una perla de imitación y una Auténtica
solamente con verla. Sin embargo, gracias a sofisticadas
técnicas de fabricación y terminación, puede ser difícil
para el consumidor medio distinguir a simple vista entre
una Perla Auténtica y una buena imitación.
Una manera fácil de averiguarlo es realizando la "PRUEBA
DEL DIENTE":
• Si se roza lentamente una sarta de perlas de imitación
con los dientes, el tacto será suave.
• Una sarta de Perlas Auténticas se sentirá un poco
arenosa.
Esta sensación "arenosa" proviene de la estructura
cristalina del nácar que forma las Perlas Auténticas.
La analogía entre el proceso biológico que ocurre en los
moluscos de agua salada y el que ocurre en los moluscos de
agua dulce son totales, por lo que las diferencias entre
ambos cultivos se deben principalmente a la técnica de
cultivo empleada y la especie de molusco que genera la
perla, de forma que las diferencias entre diversas perlas
de cultivo en agua salada llegan a ser más exageradas que
entre algunas variedades de perlas de agua salada
comparadas con las perlas de agua dulce.
El grueso de la capa del nácar
El cultivo de las perlas de agua salada comienza con un
núcleo que se siembra en la ostra. Las ostras, en un
cierto plazo, segregan el nácar que cubre este núcleo. La
capa del nácar de la Akoya japonesa genera un máximo de
medio milímetro. La capa del nácar de la perla Tahitiana
oscila entre los 2 y 3 milímetros.
Las perlas de los Mares del Sur ( Australianas )
desarrollan un grueso entre 2 y 6 milímetros.
Las perlas de agua dulce son íntegramente nácar, sin
núcleo. Toda la perla es nácar. Sin duda este el argumento
de venta más relevante para las perlas de agua dulce.
Solamente las perlas de los Mares del Sur ( Australianas )
tienen una capa del nácar tan amplia como la de perlas de
agua dulce. Sin embargo, para obtener el mismo grosor de
capa de una perla de agua dulce de 10 mm. diámetro, el
grueso de una perla de los Mares del Sur debe ser de 18mm
de diámetro, debiendo invertir una pequeña fortuna para
obtenerla, mientras que por una fracción de ese dinero se
puede adquirir una perla de agua dulce de la calidad
superior de 10 mm.
Colores
Los colores de las perlas de agua dulce tienen una
atracción especial puesto que la gama de colores naturales
es mucho más variada que las perlas del agua salada.
Agregando cantidades muy pequeñas de sales al agua en una
granja de la perla de agua dulce, los colores de perlas de
agua dulce pueden ser muy diferentes; muchos de estos
colores no se encuentran en las perlas de agua salada.
Formas
Las perlas de agua dulce pueden encontrarse en casi
cualquier forma que usted pueda imaginarse: redondas,
lágrimas, arroz, botón, óvales, semi-redondas, círculo o
anillado, Barrocas y semi-barrocas.
Las perlas de los Mares del Sur ( Australianas ) y las
perlas de Tahití pueden encontrarse en formas redondas y
barrocas principalmente, también son utilizadas las formas
amorfas.
Las perlas japonesas de la Akoya, solo se encuentran en
forma redonda.
Debido a su alta demanda, la forma redonda es generalmente
la más costosa, aunque serán los dictados personales los
que, según las preferencias de cada cliente, determinarán
la forma más hermosa. El descubrimiento por parte de los
clientes de nuevas formas y colores induce a adquirir
estas nuevas formas que sin duda representan una tendencia
a seguir en el mundo joyero.
El nacimiento de una perla es un suceso maravilloso. A
diferencia de las piedras o metales preciosos que deben
extraerse de la tierra, las perlas son creadas por ostras
vivas en las profundidades del mar. Las piedras preciosas
deben pulirse antes de que muestren su belleza; las perlas
no necesitan tales tratamientos para revelar su encanto.
Nacen de las ostras madres con lustre iridiscente y suave
brillo interno que no se iguala a ninguna otra gema en el
mundo.
Una perla natural empieza su vida cuando un objeto
extraño, como un parásito o una partícula de arena, se
aloja por accidente en el cuerpo suave de la ostra de la
cual no puede ser expulsado.
En un esfuerzo por aliviar esta molestia, el cuerpo de la
ostra inicia una acción defensiva. La ostra empieza a
segregar una sustancia cristalina lisa y a la vez dura
alrededor del objeto irritante, con el fin de protegerse.
Esta sustancia es llamada nácar. Mientras el cuerpo
extraño permanezca dentro del cuerpo de la ostra, ésta
seguirá segregando nácar alrededor del objeto, capa tras
capa. Después de varios años, el objeto irritante quedará
totalmente encerrado dentro de esta sedosa capa
cristalina. El resultado: la preciada y brillante gema
llamada perla.
Pero, de qué manera las preciosas perlas se forman de lo
que una ostra considera simple protección contra la
irritación, es uno de los secretos más preciados de la
naturaleza.
Ya que el nácar no es sólo una sustancia calmante. Está
compuesto de cristales microscópicos, cada uno alineado
perfectamente con el otro de modo que la luz que pasa a
través del eje de uno es reflejada y refractada por otro
para producir un arco iris de luz y color. Las perlas
cultivadas se forman por ostras de manera casi idéntica.
La única diferencia es que la mano del hombre implanta
quirúrgicamente el objeto irritante - un trozo pequeño de
concha pulida - en la ostra, en lugar de dejárselo al
azar, y luego se hace a un lado para dejar que la
naturaleza y la ostra obren el milagro.
• Selección
A diferencia de las perlas de imitación, dos perlas
cultivadas nunca son exactamente iguales. Cada una tiene
su propia combinación de forma, tamaño, lustre y color. El
arte de combinar perlas en un collar, en un par de aretes
o en otra pieza de joyería demanda gran destreza que
permita combinar perlas de aspecto similar que armonicen
entre sí. Aquí, las perlas son seleccionadas por expertos
con ojos bien entrenados y años de experiencia.
• Perforación
Los agujeros deben hacerse con cuidado y precisión. Un
operador inexperto puede partir o arruinar las perlas si
las manipula con descuido. Un agujero perforado
ligeramente fuera del centro puede arruinar un collar o
artículo de joyería que depende del montaje simétrico de
las perlas. Esta etapa en la preparación de las perlas
cultivadas para la joyería conlleva una operación muy
delicada.
• Ensartar y combinar
Puesto que dos perlas cultivadas no son jamás idénticas,
un especialista debe escoger de entre 10.000 y 200.000
unidades para encontrar suficientes perlas que se parezcan
tanto como para ser ensartadas juntas y formar un solo
collar. Aquí, perlas que son muy similares se combinan
para ser ensartadas y formar un bello collar.
A lo largo de la historia, las perlas han sido el regalo
del amor. Cuando se regala una perla, se está regalando
algo único e irrepetible. El carácter único de cada perla
se identifica con la inigualable mujer predilecta o
admirada.
Ninguna otra joya transmite la tibieza, profundidad
sentimental y cualidades eternas de esa emoción.
Las perlas están especialmente indicadas para eventos
únicos como Aniversarios, Regalo a una Madre, Día de los
Enamorados, Navidad, Maternidad, Bodas y Cumpleaños.
Hace miles de años, mucho antes de la historia escrita,
los primeros hombres probablemente descubrieron la primera
perla mientras buscaban alimentos a las orillas de mares,
ríos, o lagos.
Se pueden hallar innumerables referencias a las perlas en
la religión y la mitología de muchas culturas desde
tiempos remotos.
Los ANTIGUOS EGIPCIOS apreciaban tanto las perlas que se
hacían enterrar con ellas. Se dice que Cleopatra disolvió
una perla en un vaso de vino y se lo bebió, simplemente
para ganar una apuesta con Marco Antonio de que ella
podría consumir la riqueza de un país entero en una sola
comida.
En la ANTIGUA ROMA, las perlas eran consideradas el más
alto símbolo de riqueza y posición social.
Los GRIEGOS tenían a las perlas en alta estima tanto por
su belleza inigualable como por su asociación con el amor
y el matrimonio.
Durante los inicios de la EDAD MEDIA, mientras que las
bellas doncellas de la nobleza atesoraban collares de
delicadas perlas, los gallardos caballeros llevaban
consigo perlas al campo de batalla; ellos creían que la
magia de estás brillantes gemas podía protegerlos de todo
mal.
A lo largo de la historia, la perla ha sido una de las
gemas más preciadas y codiciadas. El RENACIMIENTO vió a
las cortes reales de Europa inundadas de perlas. Dado que
las perlas eran tan bien consideradas, varios países
europeos aprobaron leyes prohibiendo el uso de perlas por
ciudadanos que no pertenecieran a la nobleza. Durante la
expansión europea hacia el Nuevo Mundo, el descubrimiento
de perlas en aguas de América Central contribuyó a la
riqueza de Europa. Desgraciadamente, la codicia y la
avidez por las perlas del mar ocasionó que se agotara
prácticamente toda la población de ostras americanas
productoras de perlas hacia el Siglo XVII.
Hasta principios del Siglo XX, las perlas naturales
estaban al alcance sólo de los ricos y famosos. En 1916,
el famoso joyero francés Jacques Cartier compró su
histórico establecimiento en la Quinta Avenida de la
ciudad de Nueva York al intercambiar dos collares de
perlas por la valiosa propiedad.
Hoy en día, con el advenimiento del cultivo de perlas,
estas joyas están al alcance del bolsillo de cualquier
persona. Las perlas cultivadas tienen las mismas
propiedades que las perlas naturales y se cultivan en
ostras vivas. La única diferencia es un poquito de aliento
que pone el ser humano.
Sí, es conveniente que te quites tus perlas para lavarte
la cabeza con shampoo.
El medio natural de las perlas es el agua, y por tanto las
perlas agradecen encontrarse con el agua, por lo que es
recomendable periódicamente pasarle un paño húmedo.(Aunque
mejor sería sumergirlas un ratito en agua, esto no es
bueno para el hilo).
Los shampoos se preparan con un pH 5,5 que es inferior al
pH del agua natural que es pH 7, esto junto a otros
factores como los agentes químicos imprevisibles que pueda
llevar cualquier shampoo, hacen recomendable evitar el
contacto con las perlas.
Dependiendo del tipo de perla Cultivada que tengas la
resistencia a agentes externos será diferente. En el caso
de que tus perlas sean Japonesas Akoya debes tener
especial cuidado por su fina capa de nácar. Las perlas más
resistentes son las South Sea (Australianas) y Freshwater.
Fue en 1930 cuando las perlas de agua dulce procedentes
del lago Biwa en Japón, se introdujeron en el mercado de
la perla, aportando una gama de colores y tonos hasta
entonces desconocidos. Hoy en día son muchas las regiones
de Asía que cultivan las perlas de agua dulce, alcanzando
niveles de calidad y colorido sobresalientes.
El color natural de las perlas de agua dulce es resultado
de una combinación de varios factores, que enumeramos por
orden de influencia.
1. Las perlas de agua dulce son gemas orgánicas, formadas
por una criatura viviente, el color base de la perla, el
principal, depende de la especie de Ostra perlera.
El nácar, que genera la perla como analgésico para reducir
el dolor que le provoca la deposición de un cuerpo extraño
en su interior, puede tener diferentes colores según la
Ostra madre que segrega y deposita el nácar. El color del
nácar puede variar a lo largo del cultivo de la perla, y
el color base resultante puede ser muy diverso, siendo los
más habituales el blanco, rosa, melocotón, malva, crema,
grises y extraordinariamente violetas.
2. Las diferentes capas de nácar que se van depositando
tienen una textura rugosa que favorece la deposición de
sales en las cavidades, este factor tiene influencia en el
color final de la perla. La concentración y el tipo de
sales que se encuentran disueltas en el agua influyen en
que el tono resulte más o menos intenso. A menor presencia
de sales más intenso es el tono.
3. La cantidad de capas de nácar con las que ha sido
formada la perla influye en la forma del reflejo de la luz
sobre la superficie, generando un oriente y lustre más
intenso cuantas más capas existan.
El núcleo insertado en la Ostra para iniciar el cultivo no
debería de tener influencia sobre el color final, para
ello es preciso que se generen las suficientes capas como
para evitar su visión.
Entre las diferentes especies de Ostras perleras capaces
de generar perlas de gran calidad hay que destacar a la
Ostra Pinctada Maxima y Ostra Pinctada Margaritifera, que
son las Ostras madres de las perlas Australianas y
Tahitianas, caracterizadas por ser perlas que pueden
llegar a tamaños de hasta 22 mm de diámetro.
Este tipo de Ostras perleras precisan de aguas templadas y
tranquilas, siendo los mares del Pacifico Sur en su área
Este, ideales en condiciones para su crecimiento. Es allí
donde se han desarrollado en naturaleza y donde más tarde
el hombre ha creado granjas de cultivo para obtener estas
perlas de gran calidad.
También hay una región Mexicana denominada Pacifico Sur,
totalmente ajena a la mencionada anteriormente, donde se
dan condiciones adecuadas para el cultivo de diferentes
Ostras perleras, habiéndose logrado importantes avances y
obtenido perlas con características destacables,
principalmente en su policromía.
El cultivo en esta zona se encuentra en fase de desarrollo
por lo que aun siendo posible y de calidad, no genera
suficiente cantidad para tener una presencia importante en
el mercado internacional.
Principalmente existen tres motivos por los que una perla
puede amarillearse con el paso del tiempo:
El primer motivo y más habitual, corresponde a un
amarilleo homogéneo y perdida de lustre, recordándonos
cada vez más al aspecto del plástico.
Se debe a que existen un tipo de perlas denominadas Akoya
( las clásicas perlas japonesas ), caracterizadas por ser
perfectamente redondas, efecto que se logra incrustando
una bola de plástico, de dimensiones similares a la perla
final, a la Ostra Akoya para que esta la recubra con una
fina capa de nácar. Así las perlas son perfectamente
redondas, pero por contra la fina capa de nácar con el uso
irá desgastándose y el material plástico que hay en
interior irá transluciendo por la capa de nácar dando un
aspecto amarillo ( el plástico empleado amarillea con la
luz ultravioleta, solar ).
En este caso no hay remedio, porque no hay nácar.
El segundo motivo es accidental, y se produce cuando un
ácido contacta con el nácar de la perla.
Salvando las diferencias, el comportamiento químico del
nácar es similar en muchos aspectos al del mármol. Se
trata de superficies resistentes pero se manchan con
ácidos. Los perfumes, algunas lacas, o jabones especiales
pueden contener compuestos de carácter ácido que dañen el
nácar.
Si esto llega a producirse, solo las zonas de contacto
sufrirán lesiones y probablemente no todas las perlas.
En este caso no hay remedio, pues no es posible reemplazar
la zona dañada y solo en casos muy puntuales puede
emplearse productos que neutralicen al ácido atacante.
El tercer motivo, es una degradación natural. Las perlas
son gemas orgánicas, no son minerales, por lo que su
composición puede ser alterada en el tiempo. Una perla
extraída de su medio natural, que es el agua, tiene una
vida aproximada de 150 años. Las capas exteriores de nácar
sufren la ausencia de humedad y se resecan muy lentamente,
llegando a largo plazo a agrietarse y en algunos casos
según las circunstancias a amarillear, como resultado de
la incrustación de suciedad en las microgrietas.
Para alargar la vida de las perlas es recomendable
pasarles un paño húmedo habitualmente, para nivelar el
nivel de humedad de las capas exteriores.
Un baño de perlas en una disolución de bicarbonato, nunca
daña al nácar, y puede tener efectos espectaculares, por
su acción de eliminación de ácidos ( degradadores ) y su
capacidad de eliminación de suciedad incrustada en
microgietas. No hay posibles efectos negativos en la
perla, pero tengan presente que bañar el hilo que las
enhebra puede debilitarlo.
Con total seguridad podemos afirmar que no existe un
horario para el uso de perlas, es más, las perlas se
distinguen por ser la Gema menos condicionada por los
horarios, las modas e incluso las épocas.
Los principales retratos de reinas y primeras damas, así
como numerosas actrices y artistas relevantes se realizan
usando perlas , precisamente por esa atemporalidad que
transmiten y por su neutralidad. Es destacable el uso en
cualquier horario que realiza de las perlas Isabel II de
Inglaterra, desde paseos por jardines a grandes
recepciones.
El color que presenta una perla cultivada puede obtenerse
básicamente de tres formas:
Color Natural
Es el color resultante de la combinación de los cristales
de nácar con las sales disueltas en el agua, provenientes
del mismo molusco o del entorno. Algunas técnicas de
cultivo aumentan determinadas concentraciones de sales
naturales para incrementar la tendencia de los colores
naturales. Las perlas cultivadas de color natural son
extraídas del molusco y no sufren ningún tipo de
tratamiento ni manipulación (excepto perforación) hasta
llegar a la joya final.
Color Irradiado
Solo algunos tipos de perlas cultivadas con un número
elevado de pureza en nácar puede someterse a un
tratamiento artificial denominado Irradiación, que emula
otros procesos naturales y que consiste en emisiones de
radiación que modifican la estructura cristalina del nácar
originando colores más oscuros al original, con tendencia
al negro policromático, pasando por grises y violetas.
Las características de los cristales del nácar, lustre,
oriente, iridiscencia, permanecen vigentes después del
tratamiento ligeramente modificadas.
Estos colores son permanentes, no se alteran y no son solo
superficiales. Al partir una perla irradiada se observa
que todo su interior es del mismo color que la superficie.
Color Teñido
Las perlas teñidas son aquellas que obtienen su color
exterior por la aplicación de una capa externa química,
consistente en diversos compuestos pigmentados, que pueden
obtener cualquier color, pero nunca con el lustre y
oriente del nácar.
La calidad de la capa aplicada dependerá de los químicos
empleados, que de forma general serán vulnerables a
disolventes y alcoholes.
Los colores teñidos no son permanentes, debiéndose tener
un especial cuidado para mantener los colores vivos.
De las Ostras y moluscos perleros conocidos la Pinctada
Margaritifera Oyster genera de forma natural perlas de
color oscuro, conocidas como Perlas Negras de Tahití,
haciendo referencia a sus primeros hallazgos. Estas perlas
se comercializan solo en grandes tamaños, destinándose la
producción de tamaños más pequeños a la reinserción en el
interior de la Ostra para la generación de otra mayor, o a
su eliminación. Estas prácticas y gestión del cultivo
permiten mantener unas cotizaciones elevadas en el mercado
internacional, así como reforzar su imagen consolidada de
perla distinguida y majestuosa.
Las Perlas Negras de Tahití y las Perlas Australianas,
representan la excelencia y la excepción en el mundo
natural.
Por otra parte, durante los últimos años, han irrumpido en
el mercado perlas negras en tamaños pequeños y medianos, y
con una variedad y calidad asombrosa. Principalmente estas
perlas son perlas Freshwater, de color natural violáceo,
obtenidas del molusco Ikekou -Unio Margaretafera Oyster -
y también del Cumingi de Hyriopsys ambos de agua dulce,
que posteriormente han sido irradiadas para conseguir
colores de tonos más oscuros.
Es decir, se trata de perlas cultivadas por métodos
tradicionales en agua dulce que han sido posteriormente
sometidas a un tratamiento de irradiación, de forma que
los cristales de nácar se reorientan generando el efecto
de la policromía oscura muy similar al natural que
obtienen las perlas Negras de Tahití.
Los colores obtenidos son intrínsecos a la perla, y por
tanto permanentes, por lo que mantienen la categoría de
gema.
Hay que hacer mención también a las Perlas oscuras del mar
de Cortes, que sin ser Negras, se caracterizan por todos
oscuros con base Golden.
Posiblemente cuando piense en perlas de agua dulce,
asocie este tipo de perlas a unas perlas con un tamaño
pequeño y formas aleatorias, conocidas como “grano de
arroz”, y de baja calidad. Así han sido siempre hasta hace
diez años. En los últimos diez años se han producido
muchas mejoras en las técnicas de cultivo y de proceso de
las perlas de agua dulce, de forma que las nuevas perlas
cultivadas en agua dulce rivalizan hoy con la calidad de
las perlas cultivadas en agua salada tradicionales.
Las nuevas técnicas aplicadas en el cultivo de las perlas
de agua dulce, han supuesto un incremento drástico en la
calidad de las perlas, que son obtenidas con unos costes
de proceso relativamente bajos en comparación al cultivo
tradicional en agua salada.
Las principales causas que hacen más competitivo al
cultivo de agua dulce son que los moluscos perleros de
agua dulce generan varias perlas que pueden ser extraídas
simultáneamente y que su índice de mortalidad para los
moluscos después de la extracción de la perla resulta
notablemente inferior a la producida en otros moluscos
empleados en el cultivo de agua salada, lo que permite la
reutilización de los mismos, hasta en cuatro ocasiones. La
mejor calidad de las perlas de agua dulce se obtienen
siempre en la primera apertura del molusco.
Esta relación entre calidad y precio no ha pasado
desadvertida para los consumidores por lo que el comercio
de la perla de agua dulce se ha convertido en el centro de
la actividad del mercado internacional de la perla.
Claramente, la imagen actual de perlas de agua dulce es
más baja que la de otras perlas, debido a la presencia en
el mercado de perlas de baja calidad.
Las calidades bajas también se producen en las perlas de
agua salada, sin embargo, la afluencia al mercado de estas
perlas de la baja calidad está estratégicamente prohibida
por la industria de la perla de agua salada,
salvaguardando así la imagen y los precios de la perla del
agua salada. Las perlas de agua dulce no tienen ningún
control estratégico. Los productos de media y baja calidad
inundan el mercado cada año, debilitando la imagen de la
perla de agua dulce.
Cuando las perlas de agua dulce son comparadas con las
perlas de calidad de agua salada, debe hacerse en
semejanza de calidades, como es justo, evidenciándose
entonces el alto nivel de las perlas de agua dulce frente
a cualquier otro tipo de perla de agua salada.
Un gemólogo experto sabe que las virtudes que cada perla
posee determinan su valor, más que la fuente de la perla.
Las perlas de agua dulce ya no son "granos de arroz". La
alta calidad de las perlas de agua dulce es una realidad y
es labor de los miembros de la industria de la perlas de
agua dulce educar a clientes y promover las perlas de
calidad superior, de forma que mejore la imagen de la
perla de agua dulce.
OPERLA realiza sus composiciones empleando únicamente
perla de agua dulce de alta calidad.
Concretamente la Madreperla es la concha de la Ostra
Perlera que genera la perla y su nombre es utilizado para
todos aquellos productos originados a partir de este
material.
Uno de los productos realizados con las conchas de las
Ostras consiste en la talla manual de las mismas pudiendo
originarse desde formas muy sencillas, que se usan como
abalorios, hasta tallas de gran valor usadas en alta
joyería complementando a gemas y metales preciosos.
Debido a que existe una práctica industrial que consiste
en realizar perlas artificiales usando como materia prima
el nácar de las conchas de las Ostras, como el caso de las
perlas Shell, se genera la confusión entre los
consumidores sobre si la Madreperla es una variedad de
perla natural o si es una perla artificial, obviamente es
artificial.
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